Hoy os haré una pregunta a la que yo también contestaré. ¿Cuantas veces hemos tenido que hablar en público y que hemos sentido?
Creo sinceramente que a todos nos encantaría ser unos grandes oradores, ponernos delante de un grupo de gente, ya sean 10, 100, 3000 o un millón de personas, y ponernos a hablar sin ningún miedo, sin ningún temor a hacer el ridículo. Pero, como no todos nosotros tenemos la suerte de ser grandes oradores tenemos que conformarnos con hablar y hacerlo de una manera correcta.
Para conseguirlo debemos tener unos puntos a tener en cuenta y a seguir:
- Saber cuando empezar y cuando terminar el discurso, podemos alargarlo o acortarlo según veamos el interés del público. Aunque nunca deberemos pasarnos del tiempo estipulado.
- Saber que queremos decir y como lo vamos hacer, esto nos será de ayuda para tener claros los objetivos y pautas del mensaje a transmitir. Debemos intentar que este llegue de la mejor manera posible a nuestros oyentes.
- Como hacerlo llegar, debemos interpretar nuestro papel de orador de la mejor manera posible y que el mensaje sea claro y convincente. Debemos saber captar la atención del público. Y a la hora de improvisar debemos hacerlo dentro de unos margenes.
- Saber a que público va dirigido, ya que no sera lo mismo hablar a un público en edad escolar, que adultos con estudios, jóvenes en la adolescencia, etc. Cada uno necesitara un lenguaje especial, las formas de llamar la atención para unos y otros será distinta...
Cuando tengamos todas estas pautas claras,debemos saber y tener en cuenta, que sin práctica no puede salir perfecto. Que para que un discurso, exposición, charla, conferencia, etc. salga perfecto debemos practicar una y mil veces. Que ni los magníficos oradores como puede ser Steve Jobs o Martin Luther King entre otros tenían que preparar y repasar sus discursos numerosamente antes de hablar ante su público.
¿Qué podemos hacer para perder ese miedo a expresarnos ante la gente, para quitarnos los nervios o simplemente para ir más seguros?
Lo primordial es dominar a la perfección el tema a exponer, si no hacemos esto estamos perdidos. También podemos ponernos ante un espejos y hacer nuestro discurso, ahí veremos como son nuestras expresiones de la cara y del cuerpo observando así nuestro lenguaje no verbal. Podemos pedirle a un amigos o a varios que nos escuchen y nos den su opinión, claramente aquí deben de ser críticos y nosotros debemos saber aceptar sus sugerencias y opiniones. Otra forma es grabarnos la voz y a través de ahí analizarla. Debemos tener en cuenta que el volumen de voz, el tono, la entonación o la velocidad son muy importantes dentro del habla y la comunicación. No debemos tender a levantar la voz, ni a hablar muy bajo, debemos hablar de una forma clara pronunciando correctamente, y además el ritmo de nuestra voz debe de ser moderado. No podemos hablar ni muy rápido ni muy lento. Debemos evitar tartamudeos, repetir palabras, las coletillas o cambiar los silencios por palabras sin sentido (ehhh, pues, ahh...).
Además de todo lo relacionado con el lenguaje oral, tenemos que tener en cuenta el lenguaje no verbal. Los gestos que hagamos, las posturas que adoptemos o la posición que adoptemos con las diferentes partes del cuerpo pueden decir mucho de nosotros.
Yo, por ejemplo, soy una persona a la que le da pánico hablar en público. Hasta que no conozco muy a la gente me cuesta bastante expresarme con soltura.
Cuando tengo una exposición, se nota mucho si la he trabajado o no, si la he preparado y si estoy lista para enfrentarme a ella. Me leo las diapositivas una y mil veces, repaso el tema, y en alguna ocasión he llegado a ponerme delante de un espejo y hacer la presentación y tengo que reconocer que ayuda bastante.
Aunque lo que tengo que decir es, que tiendo a "meter el turbo", hablo demasiado rápido, pero no simplemente en las exposiciones, sino en general. Tiendo a acelerar la velocidad sin darme cuenta y es una cosa que se que tengo que cambiar.
Creo sinceramente que a todos nos encantaría ser unos grandes oradores, ponernos delante de un grupo de gente, ya sean 10, 100, 3000 o un millón de personas, y ponernos a hablar sin ningún miedo, sin ningún temor a hacer el ridículo. Pero, como no todos nosotros tenemos la suerte de ser grandes oradores tenemos que conformarnos con hablar y hacerlo de una manera correcta.
Para conseguirlo debemos tener unos puntos a tener en cuenta y a seguir:
- Saber cuando empezar y cuando terminar el discurso, podemos alargarlo o acortarlo según veamos el interés del público. Aunque nunca deberemos pasarnos del tiempo estipulado.
- Saber que queremos decir y como lo vamos hacer, esto nos será de ayuda para tener claros los objetivos y pautas del mensaje a transmitir. Debemos intentar que este llegue de la mejor manera posible a nuestros oyentes.
- Como hacerlo llegar, debemos interpretar nuestro papel de orador de la mejor manera posible y que el mensaje sea claro y convincente. Debemos saber captar la atención del público. Y a la hora de improvisar debemos hacerlo dentro de unos margenes.
- Saber a que público va dirigido, ya que no sera lo mismo hablar a un público en edad escolar, que adultos con estudios, jóvenes en la adolescencia, etc. Cada uno necesitara un lenguaje especial, las formas de llamar la atención para unos y otros será distinta...
Cuando tengamos todas estas pautas claras,debemos saber y tener en cuenta, que sin práctica no puede salir perfecto. Que para que un discurso, exposición, charla, conferencia, etc. salga perfecto debemos practicar una y mil veces. Que ni los magníficos oradores como puede ser Steve Jobs o Martin Luther King entre otros tenían que preparar y repasar sus discursos numerosamente antes de hablar ante su público.
¿Qué podemos hacer para perder ese miedo a expresarnos ante la gente, para quitarnos los nervios o simplemente para ir más seguros?
Lo primordial es dominar a la perfección el tema a exponer, si no hacemos esto estamos perdidos. También podemos ponernos ante un espejos y hacer nuestro discurso, ahí veremos como son nuestras expresiones de la cara y del cuerpo observando así nuestro lenguaje no verbal. Podemos pedirle a un amigos o a varios que nos escuchen y nos den su opinión, claramente aquí deben de ser críticos y nosotros debemos saber aceptar sus sugerencias y opiniones. Otra forma es grabarnos la voz y a través de ahí analizarla. Debemos tener en cuenta que el volumen de voz, el tono, la entonación o la velocidad son muy importantes dentro del habla y la comunicación. No debemos tender a levantar la voz, ni a hablar muy bajo, debemos hablar de una forma clara pronunciando correctamente, y además el ritmo de nuestra voz debe de ser moderado. No podemos hablar ni muy rápido ni muy lento. Debemos evitar tartamudeos, repetir palabras, las coletillas o cambiar los silencios por palabras sin sentido (ehhh, pues, ahh...).
Además de todo lo relacionado con el lenguaje oral, tenemos que tener en cuenta el lenguaje no verbal. Los gestos que hagamos, las posturas que adoptemos o la posición que adoptemos con las diferentes partes del cuerpo pueden decir mucho de nosotros.
Yo, por ejemplo, soy una persona a la que le da pánico hablar en público. Hasta que no conozco muy a la gente me cuesta bastante expresarme con soltura.
Cuando tengo una exposición, se nota mucho si la he trabajado o no, si la he preparado y si estoy lista para enfrentarme a ella. Me leo las diapositivas una y mil veces, repaso el tema, y en alguna ocasión he llegado a ponerme delante de un espejo y hacer la presentación y tengo que reconocer que ayuda bastante.
Aunque lo que tengo que decir es, que tiendo a "meter el turbo", hablo demasiado rápido, pero no simplemente en las exposiciones, sino en general. Tiendo a acelerar la velocidad sin darme cuenta y es una cosa que se que tengo que cambiar.
"Lo oculto por medio de mi lenguaje lo dice mi cuerpo." Ronal Barthes
Patricia debemos de superar esto! Parece que no hayamos salido nunca a exponer. Supongo que es ese miedo de salir y quedarte en blanco, pero se terminó ese miedo, que nos rodea, en el momento de levantarnos y acercarnos a la pizarra. Así que ya sabes, cuando quieras podemos preparar las presentaciones. Creo que podemos llegar a ser unas buenas comunicadoras si seguimos el ejemplo de Steve Jobs.
ResponderEliminarSi si deberíamos empezar ya a prepararnos las exposiciones, teniendo en cuenta que Steve Jobs se llegaba a preparar las presentaciones hasta 13 veces, mira si nos queda a nosotros.
ResponderEliminarSaldremos a la pizarra y expondremos como se debe exponer, comunicando lo que queremos comunicar.